«La expedición», de Stephen King.


No he podido evitarlo.

Mi intención era no reseñar ningún libro de King hasta dentro de un tiempo para dejar hueco a otros autores y libros de menor renombre que necesiten más publicidad. No obstante, La expedición no podía esperar.

En sus 215 páginas (en edición de bolsillo), Stephen King encasilla cuatro historias breves completamente independientes entre sí, sin ningún hilo aparente que pudiera unirlas, que abordan temas tan sencillos como la soledad de un náufrago o la más que imprudente curiosidad infantil. Como no tengo intención de explicar en profundidad las tramas de cada uno de los cuatro relatos que componen la obra —ahora explicaré el porqué— me voy a limitar a enumerarlos por si los títulos logran despertar en vosotros el interés que me empujó a mí a comprarlo: “La expedición”, “Superviviente”, “Abuela” y “La balada del proyectil flexible”.
El motivo por el que prefiero no desvelar demasiado se debe a lo muchísimo que disfruté empezando un nuevo capítulo desconociendo por completo la historia con la que el maestro King iba a sorprenderme. Lo que sí diré, y esto lo tengo que escribir bien grande, es que los finales son ALUCINANTES.
Creedme.
Supongo que podrían considerarse “plot twist”, pues los giros de los acontecimientos son tan repentinos que me fue imposible mantener cerrada la boca mientras terminaba cada relato. Hasta la fecha, no recuerdo haber leído ningún final en ningún libro que me haya causado tantísima impresión como los que King ha pensado en este libro.
Este Best-Seller forma parte de la colección Skeleton Crew, donde King recogió otras muchas historias de terror. Sin embargo, no parece estar a la venta entero, sino fragmentado en varios libros como es el caso de este.

Entiendo que, existiendo una producción literaria constante, los lectores podamos sentirnos más predispuestos a leer las últimas novedades; el propio King sigue escribiendo y publicando libros. Los relatos de Skeleton Crew fueron publicados en 1985, hace más de treinta años, y son un ejemplo perfecto para dar a entender que la escritura es, y seguirá siendo, imperecedera. Os animo de verdad a darle una oportunidad, recomendándoos hincarle el diente, sobretodo, entendiéndolo como una lectura liviana que pueda servir para superar un bloqueo lector o para refrescar la mente después de una lectura densa.

Si decides leerlo o apuntarlo en tu lista interminable de libros pendientes, por favor, dímelo. ¡Y no te olvides de comentarme cuantísimo te ha gustado después de leerlo!

Fornit some Fornus.

5/5


«ILLUMINAE. Expediente_01», de Amie Kaufman y Jay Kristoff.


Hasta la fecha, nunca había tenido la oportunidad de leer un libro tan original y creativo como Illuminae.
No sé por dónde comenzar a elogiarlo. Y es que, a diferencia de la gran mayoría de libros que leo —con los que siempre me gusta ser un poco crítico—, no he podido encontrar ningún fallo ni en la estructura, ni en el argumento, ni en la narración de la historia. Teniendo en cuenta esto, veo conveniente que, en esta ocasión, reseñe el libro de lo más general a lo más particular.

En primer lugar, quiero advertirte de que este no es un libro convencional. Y es que el formato y la edición juegan en este caso un papel fundamental a la hora de entender y disfrutar todavía más de la experiencia de leer esta historia. A diferencia de otros, en Illuminae no vemos una secuencia narrativa organizada en capítulos, sino páginas ilustradas que emulan diferentes formatos —cartas, informes informáticos, grabaciones de seguridad, perfiles de reconocimiento, chats…— gracias a los cuales podemos conocer qué sucedió en todo momento en las naves Alexander, Hypatia y Copernicus. En un principio puede llegar a resultar extraño, pero no tardas nada en acostumbrarte a esta curiosa manera de contar una historia y disfrutar del absorbente argumento y de la amenidad a la hora de leer que te brinda.

En segundo lugar, la trama. Si bien es cierto que las historias espaciales en las que hay naves y conflictos planetarios no suelen llamar excesivamente mi atención por la sobreexplotación del género, Illuminae me ha gustado mucho que se ubicase ahí. No hay marcianos ni sables láser; tan solo muestra la realidad de un posible futuro en el que la especie humana haya realizado finalmente el salto a otras galaxias y, en consecuencia, hayan proliferado las colonias en los planetas con fines tan cercanos a nuestra propia historia como lo son las explotaciones de la naturaleza para obtener determinados recursos. No traza un argumento disparatado sino que, dentro de la ficción, resulta bastante plausible —lo cual se agradece muchísimo—.
Pese a que el libro presenta oficialmente a dos protagonistas, yo diría que son más bien tres entorno a quienes gira la acción. Los dos primeros son Kady y Ezra, una joven pareja de ex novios —no os asustéis, no es una pastelada juvenil infumable e inundada por amor y cursiladas, los dos autores saben tratar muy bien el romance para mantenerlo en su justa medida para justificar determinados giros— que han sido evacuados del planeta en el que residían por el ataque de la organización BeiTech. A lo largo de las páginas veremos cómo cada uno sobrevive a bordo de las dos naves (Kady en la Hypatia y Ezra en el Alexander) mientras la tripulación lidia con la presión de la nave Lincoln que les pisa los talones para aniquilarlos. El tercer protagonista sería AIDAN, un sistema informático súper avanzado de defensa. Pero ya conoceréis más sobre él si decidís embarcaros en esta trepidante aventura.

Por último, si todavía no he logrado convencerte, me gustaría darte mi opinión más personal respecto a algunas preguntas que los lectores solemos hacernos a la hora de elegir un nuevo libro: ¿Engancha la historia? Muchísimo, desde la primera página. Los personajes principales también se hacen querer muy rápido. ¿Se lee rápido? Y tanto. Siendo una carrera contrarreloj, al leerlo sientes la celeridad general que impregna la historia y, gracias a la edición, tienes la sensación de que las páginas se pasan solas. En este caso, la velocidad no hace disfrutar menos del libro; al contrario. ¿Dificulta la edición la lectura? No. De hecho, me ha resultado mucho más fácil seguir el hilo argumental de esta historia que el de otros libros narrados en el formato convencional. Es, simplemente, brillante.

Illuminae, primera entrega de una trilogía (de la que, en este momento, solo la primera parte ha sido traducida al español por la editorial Alfaguara), contiene tantos hechos sobre los que reflexionar, tantos finales con los que apostar y tantos giros argumentales que tu mente no dejará de funcionar mientras lo lees, queriendo saber qué va a pasar en la siguiente página que, ya te advierto, te dejará, como las otras 584, boquiabierto/a.

Espero que disfrutes de este gran libro.


5/5