Tal
y como sucede en las tragedias de Shakespeare, «El club de los lectores
criminales» comienza planteando una situación estable y dichosa que deriva en
un infortunio como consecuencia de un yerro de los protagonistas.
En
esta obra literaria contamos con seis personajes principales entre los que
destaca una sola protagonista: Ángela. La narración comienza ab ovo, es decir, en una localización
temporal previa al giro argumental que desencadene la trama de misterio y
suspense de la que se caracteriza este libro. Esta se ubica en Madrid, siendo
recurrente y fundamental la intervención de la Universidad Complutense de
Madrid, en la que Ángela y sus amigos estudian Filología.
En
lo referido al argumento, este no dista demasiado de la estructura prototípica de
las novelas de misterio: contamos con un asesino desconocido, víctimas y
supervivientes que investigan cuanto pueden para desenmascarar al auténtico
criminal. No obstante, elementos como el terror, la amistad y los debates ético-morales
—reflejados en las distintas posturas de los personajes a la hora de tomar una
decisión u otra— enriquecen la obra, contribuyendo a la inmersión en una
lectura que ya de por sí es amena y fluida. Además, el miedo que aparece
impreso en las páginas puede ser clasificado en dos tipologías: el primero, más
evidente, es el miedo irracional, los temores instintivos como la coulrofobia,
el rechazo extremo por los payasos, muy presente en este libro; el segundo
sería el miedo inherentemente humano al fracaso que demuestran todos los personajes
principales a la hora de ocultar el crimen que juntos han perpetrado para
evitar las consecuencias que truncarían su futuro. Este es un ejemplo de las
fatídicas consecuencias que nuestras elecciones, de no ser razonadas y
meditadas, pueden acarrear. Platón atribuiría la tragedia que se nos presenta
en la obra de Carlos García Miranda al triunfo del alma concupiscible; una
simple broma juvenil estalla en una traumática vivencia que mantiene tanto a
los personajes como a los lectores en vilo.
El
único punto en contra que le encontré nada más terminar de leer fue la pirueta
del desenlace, la motivación del personaje antagonista para cometer los
crímenes que lleva acabo. Sin embargo, después de pensar en ello, supuse que
algo así, a día de hoy, no sería nada fuera de lo normal.
El libro consta de 329 páginas y, creedme, se lee en un suspiro. Es ideal por si necesitáis una lectura ligera y absorbente.
Si
tuviera que destacar un solo aspecto de «El club de los lectores criminales» sería,
sin dudarlo, la capacidad del autor de insuflar la duda y la desconfianza por
todos y cada uno de los integrantes de la novela, ya sean más relevantes o más
anecdóticos. Todos pueden ser el PayasoUCM. Si quieres descubrir su identidad,
comienza por leer el libro.
4/5